Aquel pasado a esta hora,
en esta misma mesa
tú sentada justo para verte,
ahora se sienta tu ausencia frente.
Tres docenas de mis años,
veinticuatro de tus horas
me atraviesan el alma,
como balas una detrás de otra
soy reflejo de mi existencia,
me recordarás en mi presencia.
Ignoras que soy tu amuleto,
no hay balance de mi cuerpo
la telepatía no me simpatiza,
no deseo marcharme sin tú compañía.
En colaboración con Mapi Feierabend.
Me parece muy interesante ese poema enserio que profundo .
ResponderEliminarGracias por colaborar con la última estrofa.
ResponderEliminar